La visión de Bluesky y Jay Graber para un medio social descentralizado y centrado en el usuario.
April 12, 2025

A medida que plataformas de redes sociales como X y Facebook continúan generando debates sobre la moderación de contenido, el sesgo algorítmico y la influencia política, un modelo alternativo está ganando terreno: uno que es descentralizado, impulsado por la comunidad y liderado por un fundador tecnológico inesperado. Esa plataforma es Bluesky, y al mando está su CEO Jay Graber, una ex ingeniera de blockchain convertida en visionaria de las redes sociales.
En un perfil detallado de The New Yorker, Graber y su equipo revelan qué distingue a Bluesky de los gigantes tradicionales de las redes sociales, y por qué más usuarios están migrando a plataformas que devuelven el control a sus propias manos.
Un Aumento de Interés Post-X
Después de las elecciones presidenciales de EE. UU. de 2024 y la creciente implicación de Elon Musk en la política nacional, Bluesky vio un aumento dramático en las inscripciones. La continua influencia de Musk sobre X —desde manipular sus algoritmos para favorecer sus publicaciones hasta respaldar candidatos políticos— generó preocupación en el mundo digital.
Graber, quien se mudó de Seattle a San Francisco durante el aumento posterior a las elecciones, trabajó junto a su pequeño equipo de 20 personas para mantenerse al día con la demanda. En cuestión de semanas, la base de usuarios de Bluesky se duplicó, superando los 30 millones de usuarios. Los ingenieros trabajaron en turnos para mantener la estabilidad del servidor. Para muchos usuarios, Bluesky se convirtió en un escape muy necesario de lo que percibían como un entorno en línea tóxico.
La Descentralización en el Núcleo
Lo que hace que Bluesky sea fundamentalmente diferente es su arquitectura descentralizada. Construido sobre el Protocolo AT, Bluesky permite a los usuarios poseer sus identidades, datos e incluso los algoritmos que determinan su feed. A diferencia de X o Facebook, donde todas las decisiones —desde la moderación de contenido hasta ajustes algorítmicos— se toman a puerta cerrada por corporaciones, Bluesky ofrece a los individuos las herramientas para personalizar su experiencia o incluso abandonar la plataforma por completo sin perder a sus seguidores ni sus publicaciones.
Graber, cuya trayectoria incluye una mezcla de codificación, activismo y experimentación creativa, ve esto como un cambio vital en cómo las redes sociales pueden —y deben— funcionar. “¿Queremos vivir en un mundo gobernado por monarcas tecnológicos autodenominados?” pregunta, refiriéndose al control casi total de Musk sobre X. Su respuesta es una plataforma donde los usuarios, no los CEO, establecen las reglas.
Un Nuevo Tipo de Líder de Redes Sociales
A diferencia de muchos de sus colegas tecnológicos, Graber ha mantenido deliberadamente su distancia del manual típico de Silicon Valley. Prefiere su base en Seattle por su distancia —tanto cultural como geográfica— de la escena tecnológica del Área de la Bahía. Su estilo combina intelecto con accesibilidad; se siente tan cómoda discutiendo protocolos descentralizados como esgrimando con espadas acolchadas en la oficina de Bluesky durante el tiempo libre.
El estilo de liderazgo de Graber está arraigado en la comunidad y los sistemas abiertos. Desde el primer día, enfatizó que Bluesky no se convertiría en otro gigante corporativo supeditado a los inversores. Incluso ahora, su principal fuente de ingresos proviene de la hospedaje de dominios y suscripciones en etapas tempranas, una desviación consciente de los modelos impulsados por publicidad que dominan las redes sociales.
¿Puede Bluesky cumplir?
Bluesky sigue siendo pequeño en comparación con sus competidores: X cuenta con más de 500 millones de usuarios mensuales, y Threads de Meta reporta más de 300 millones. Sin embargo, su impacto es desproporcionado gracias a su enfoque novedoso y a su activa comunidad de periodistas, artistas, académicos y defensores de los derechos digitales.
Los críticos argumentan que la moderación curada y el atractivo de nicho de Bluesky podrían obstaculizar su crecimiento. Pero Graber ve esto como una fortaleza, no como una debilidad. La función "Mis Feeds" de la plataforma permite a los usuarios elegir filtros algorítmicos construidos por otros, lo que permite optar por no ver el contenido que no desean, y crear el tipo de experiencia en línea que realmente quieren.
Una Plataforma Diseñada para Ser Abandonada
Quizás la idea más radical detrás de Bluesky es que está diseñada para ser salvable. Si un usuario decide que quiere dejar Bluesky y mudarse a otra plataforma que funcione con el mismo protocolo, puede hacerlo, llevándose a sus seguidores, datos y publicaciones intactos.
Como dijo Graber: “Cada sistema centralizado enfrenta el problema de la sucesión. Pero si los usuarios pueden llevar su identidad digital y relaciones a otro lado, pueden votar con sus pies.”
Ese ethos de migración empoderada puede no solo hacer que Bluesky sea más resistente, sino también ofrecer un modelo para el futuro de Internet.
Fuente: newyorker.com