Los usuarios turcos de X huyen a Bluesky mientras la censura se intensifica.

Ante una nueva ola de represiones digitales, los usuarios en Turquía están abandonando cada vez más X (anteriormente Twitter) y buscando refugio en Bluesky, una alternativa de redes sociales descentralizada. Este cambio se produce en medio de una creciente censura estatal, restricciones cada vez mayores en las plataformas y preocupaciones sobre la libertad de expresión.

El éxodo comenzó después de la detención del alcalde de Estambul, Ekrem İmamoğlu, el 19 de marzo, lo que provocó protestas en todo el país. Solo dos días después, el 21 de marzo, las autoridades turcas restringieron el acceso a más de 40 cuentas, principalmente grupos estudiantiles y juveniles, acusadas de amenazar “la seguridad nacional y el orden público” bajo el Artículo 8/A de la Ley No. 5651.

Durante la semana siguiente, la censura se intensificó. Activistas de derechos de las mujeres, organizaciones ambientales e incluso grupos de derechos de los animales fueron arrastrados por la ola de prohibiciones. Actores prominentes como Berna Laçin, Rojda Demirer y Alican Yücesoy vieron sus cuentas de X bloqueadas después de apoyar una campaña de boicot lanzada por el partido opositor CHP.

Esta no es la primera vez que X ha cumplido con las demandas de censura turcas. La plataforma ha limitado anteriormente el acceso a voces pro-kurdas y a medios de comunicación de oposición. Aún más allá de las bajas ordenadas por el gobierno, los algoritmos internos de X ahora restringen las publicaciones, especialmente aquellas que contienen enlaces externos.

Por ejemplo, bianet en inglés, un medio enfocado en derechos humanos, recibe un número igual de visitas de página tanto de X como de Bluesky, a pesar de tener 12 veces más seguidores en X.

Aunque X anunció recientemente que había presentado un desafío legal ante el Tribunal Constitucional de Turquía para anular algunas de estas órdenes de censura, aún no ha hecho cumplir las prohibiciones sobre varias cuentas objetivo durante la reciente ola de protestas.

En respuesta, los usuarios turcos han comenzado a migrar a Bluesky, que se posiciona como una alternativa descentralizada y transparente. Originalmente desarrollado por Twitter en 2019 y separado en una empresa independiente en 2021, Bluesky brinda a los usuarios más control sobre sus datos, algoritmos de feed y políticas de moderación.

Bluesky ha encontrado un apoyo especialmente fuerte entre periodistas, desarrolladores de software, académicos y defensores de la sociedad civil, muchos de los cuales están cada vez más desilusionados con las elecciones de moderación de X y su complicidad en la censura.

Sin embargo, Bluesky también está enfrentando presión. Según la Asociación de Libertad de Expresión de Turquía (İFÖD), al menos 44 cuentas de Bluesky han sido objeto de restricciones de acceso bajo el mismo Artículo 8/A.

Hasta ahora, Bluesky no ha implementado ninguna de estas restricciones, y las cuentas siguen siendo accesibles públicamente en Turquía. Pero los expertos legales advierten que si la plataforma se niega a cumplir, las autoridades turcas podrían optar por bloquear toda la plataforma, como lo han hecho con otros sitios en el pasado.

La batalla de Turquía sobre el discurso en línea sigue escalando, y las plataformas sociales se ven cada vez más atrapadas en el medio. A medida que la censura se intensifica, la pregunta para los usuarios -y plataformas como Bluesky- es si la resistencia es sostenible o si se avecina otro apagón.